Fue una actividad muy enriquecedora que se nos propuso por parte de una compañera guía-intérprete que trabaja en este colegio con niños sordociegos y con otros niños con otras discapacidades. Pudimos tocar muchas cosas y nos enseñaron las aulas y materiales con los que trabajan los niños en este centro. Además de poder vivir la experiencia de ver como los alumnos de la escuela de artes de Zaragoza tallaban en piedra algunas esculturas para que los niños puedan tocar y jugar. Visitamos muchos sitios del centro, entre ellos una sala que representaba una casa domotizada en la que los niños podían sentirse menos limitados y más autónomos que nunca gracias al apoyo de las tecnologías. Nos sentimos muy contentos con esta nueva experiencia pues es algo que desconocíamos y además nos trataron muy bien.