El día 3 de diciembre, celebramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, y desde ASOCIDE aprovechamos una fecha tan señalada para volver a recordar que este día también es nuestro, de las personas Sordociegas.
Es una realidad que somos “una minoría dentro de la minoría”, casi oculta, pero ello no implica que cejemos en nuestro empeño para que se nos reconozca. Aproximadamente, 7000 personas Sordociegas seguimos luchando para que aquel reconocimiento de la Sordoceguera como discapacidad única que se produjo en el Parlamento español se convierta en una Ley que recoja todas nuestras necesidades y se aproxime de una manera coherente a la realidad que vivimos y que, por las implicaciones que supone la Sordoceguera, nos convierte en un colectivo que tiene muy difícil el acceso a la sociedad.
En nuestro modelo social actual, el acceso a la información y la participación en las actividades de la vida diaria se basa, principalmente, en los sentidos de la vista y el oído. La Sordoceguera es, por tanto, una discapacidad de las más severas que podemos encontrar en nuestra sociedad.
Es cierto que, poco a poco, las personas Sordociegas estamos consiguiendo que se nos conozca más allá de la imagen de Helen Keller. Poco a poco, se va tomando conciencia de una situación mucho más inmediata y real que refleja el día a día que vivimos muchas personas dentro de la sociedad.
Luchamos por el reconocimiento de nuestros derechos, con la Igualdad como bandera y con el sueño de poder acceder plenamente a la sociedad en la que vivimos. Muchas personas, equivocadamente, piensan que la distancia que nos separa del mundo es muy grande. No se dan cuenta de que, para nosotros, el mundo empieza en la punta de los dedos. No somos ‘sordos con problemas de visión’. No somos ‘ciegos con problemas de audición’. Somos un colectivo aunado por una misma identidad que reivindica un protagonismo real. Somos personas Sordociegas.
Desde nuestro movimiento asociativo, enviamos nuestra más sincera felicitación a todas las entidades y todas las personas que trabajan en el ámbito de la discapacidad. Nunca ha sido una tarea fácil pero es ahora, en estos tiempos en los que todo resulta tan adverso, cuando más encomiable y más necesaria es esta labor social y humana.
Por último, queremos felicitar a todas y cada una de las personas con disCAPACIDAD que, con su ejemplo de lucha y superación, contribuyen a que nuestra sociedad sea más rica, más justa, más tolerante y, en definitiva, mejor. Queda mucho por recorrer, aún tenemos mucha lucha por delante, muchos retos de futuro que debemos afrontar juntos para asegurar la consecución de nuestras metas, las propias y las conjuntas.
